“Hacer una experiencia con algo –sea una cosa, un ser humano, un dios- significa que algo nos acaece, nos alcanza: que se apodera de nosotros, que nos tumba y nos transforma (…) hacer significa aquí: sufrir, padecer, tomar lo que nos alcanza receptivamente, aceptar en la medida en que nos sometemos a ello. Algo se hace, adviene, tiene lugar.”
Martín Heidegger
Ópera urbana de Medellín es una creación artística de carácter investigativo, interdisciplinario e interinstitucional que mezcla el género lírico con el teatro a través de la dramaturgia urbana. Ópera urbana de Medellín, es la primera intervención de este tipo en nuestro país (Año 2005) y cuenta con la participación de reconocidos artistas locales y nacionales quienes con carácter ético, estético y profesional realizan la proyección de este género lírico a la comunidad.
Mediante la creación y proyección de ÓPERA URBANA, la ciudad se lee y traza como escenario y lugar de encuentro con un público plural en el que el evento artístico se convierte en acontecimiento social e histórico reflejado a través de la escritura y la puesta en escena, activando la memoria y el imaginario tanto en el artista como en el espectador, otorgando un nuevo sentido al patrimonio urbano de la ciudad. La Ópera como género artístico no ha sido vista, leída, interpretada analizada desde la perspectiva urbana, pero si nos aventuramos a una definición de ÓPERA URBANA podríamos decir que ésta, en síntesis, consiste en el “CANTO INTERIOR DEL HABITANTE O MIEMBRO DE UNA COMUNIDAD, QUE DESVELA mediante expresión kinésica, verbal y proxémica, LAS PROBLEMÁTICAS Y TEMÁTICAS DE UN DETERMINADO CONTEXTO URBANO. SU LÍRICA ATAÑE A La ópera urbana mediante presente escénico se convierte en el testimonio de los antecedentes cercanos o remotos que se actualizan en frente del espectador, en la interacción que vuelve cómplices a actuantes y observadores precipitando el olvido al abismo y redimiendo de este la “memoria individual” (Ricoeur. P. (2003) La memoria, la historia, el olvido. Madrid: editorial Trotta) y la “memoria colectiva” (Halbwachs. M. (1968) La memoria colectiva. Bergara: UNED) frente a la evidente contundencia de los hechos que sobrepasan el terreno de lo previsible, convirtiendo el evento escénico en el instante que actualiza la voz de quien necesita ser escuchado, de quién se resiste a ser olvidado.
